Las palabras como portales hacia algo más.
Todas guardan una intención.
Tienen el poder de llevarnos hacia la paz o de mantenernos en el conflicto.
Nos dan la oportunidad de elegir conscientemente la realidad con la que queremos conectar.
Las palabras, sí.
°
Hablar de ¨pecados¨ es hablar de culpabilidad y de castigo.
Y es seguir reforzando ese paradigma donde al final del camino contactamos con nuestra sensación de ¨no ser dignos de…¨
Hablar de ¨mecanismos de protección¨ es abrirle la puerta a nuestra inocencia.
Es entender que ese comportamiento sólo nos sirvió, o nos sirve, para poder gestionar un dolor – muy probablemente, inconsciente.
Por eso rechazarlo, negarlo o querer corregirlo sin ir a sus causas pierde sentido, porque sólo nos está señalando algo.
Apagar el indicador no es solucionar el problema.
°
En la pereza, por ejemplo, estamos huyendo de algo.
De qué huimos y qué representa para nuestra mente?
No huimos de nada más que de nosotros, de una emoción o sensación que no queremos experimentar.
No hay más.
Y detrás de esa emoción encontramos, inevitablemente, una creencia, que si la transformamos…voilá, nos transformamos.