Ley de atracción. O ley de proyección.

Se puede pensar, tal vez, que realmente no ¨atraemos¨ nada – ni situaciones ni personas.

Básicamente, porque nada en el mundo tiene significado por sí mismo.
Adquiere sentido sólo cuando alguien percibe y juzga aquello que ve – y así es como un mismo evento puede representar distintas cosas para cada persona.

De alguna forma nos ¨proyectamos¨ hacia aquello que vemos y lo envolvemos con nuestras propias ideas.

¨Sólo percibimos aquello que proyectamos¨. Acá está la vuelta.

Primero decidimos internamente qué queremos ver – a nivel inconsciente, por supuesto, y luego lo vemos materializado en nuestra realidad.

Sería como elegir qué peli queremos ver e inevitablemente verla después en la pantalla.

En este sentido es que no “atraemos” nada, porque no hay algo ya cargado con significado esperando como posibilidad.

Lo único que hacemos es mirar el mundo a través de nuestros lentes.

Lentes que esconden nuestras experiencias, creencias, miedos…lentes distorsionados – con mucho o poco aumento. Y todo eso es lo que genera distintas interpretaciones.

Sólo vemos aquello que ya hicimos real dentro nuestro.
Sólo vemos nuestra propia mente proyectada.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.