Decodificación Bioemocional.

Existen varias corrientes – algunas más biológicas, otras más centradas en el árbol genealógico y en las historias familiares, etc…
pero más importante: existen tantas dinámicas de consultas como terapeutas.

Dejemos las formas de lado, vayamos al contenido.
La Decodificación Bioemocional es una terapia y, puede ser también un camino de autoconocimiento, de crecimiento personal – comprendiendo el mensaje del síntoma, sea físico emocional o conductual, sin la urgencia de sacárselo de encima.

Ir al nivel de la Causa sin distraerse en el Efecto.

La pregunta y la respuesta están en el consultante.
El problema y la solución residen en él. Siempre.
El terapeuta sólo asiste.
Genera el espacio para que la ” sanación” ocurra.
Se realiza un trabajo profundo a nivel inconsciente.
Se reprograman memorias.

El inconsciente – que representa el 95% aprox nuestra psiquis – guarda toda la información, nada se pierde. Por información entendemos cualquier experiencia vivida, tanto de nuestra historia como de nuestro clan, “placentera” o “traumática”. Como la realidad es neutra, que una experiencia sea agradable o dolorosa va a depender, siempre, de la percepción de quien observa.

Y es ahí donde trabajamos.
La reprogramación sucede al nivel de la percepción.
Es volver a una situación – interpretada como conflictiva – y mirarla con otros ojos.

Cuando cambiamos la emoción relacionada con ese hecho, estamos cambiando la historia.

El pasado está vivo, es algo dinámico, porque es el relato que nos contamos cada día acerca de algo que sólo está en nuestro plano mental.
La realidad es la misma y es neutra.
Cada persona es la que le da sentido y valor.

A medida que se van actualizando esas memorias, la misma biología vuelve a su normal funcionamiento y, la gran mayoría de las veces, no es necesario intervenir en ese proceso.

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.