Existen varias corrientes – algunas más biológicas, otras más centradas en el árbol genealógico y en las historias familiares, etc…
pero más importante: existen tantas dinámicas de consultas como terapeutas.
Dejemos las formas de lado, vayamos al contenido.
La Decodificación Bioemocional es una terapia y, puede ser también un camino de autoconocimiento, de crecimiento personal – comprendiendo el mensaje del síntoma, sea físico emocional o conductual, sin la urgencia de sacárselo de encima.
Ir al nivel de la Causa sin distraerse en el Efecto.
La pregunta y la respuesta están en el consultante.
El problema y la solución residen en él. Siempre.
El terapeuta sólo asiste.
Genera el espacio para que la ” sanación” ocurra.
Se realiza un trabajo profundo a nivel inconsciente.
Se reprograman memorias.
El inconsciente – que representa el 95% aprox nuestra psiquis – guarda toda la información, nada se pierde. Por información entendemos cualquier experiencia vivida, tanto de nuestra historia como de nuestro clan, “placentera” o “traumática”. Como la realidad es neutra, que una experiencia sea agradable o dolorosa va a depender, siempre, de la percepción de quien observa.
Y es ahí donde trabajamos.
La reprogramación sucede al nivel de la percepción.
Es volver a una situación – interpretada como conflictiva – y mirarla con otros ojos.
Cuando cambiamos la emoción relacionada con ese hecho, estamos cambiando la historia.
El pasado está vivo, es algo dinámico, porque es el relato que nos contamos cada día acerca de algo que sólo está en nuestro plano mental.
La realidad es la misma y es neutra.
Cada persona es la que le da sentido y valor.
A medida que se van actualizando esas memorias, la misma biología vuelve a su normal funcionamiento y, la gran mayoría de las veces, no es necesario intervenir en ese proceso.