No sólo aplica a esta Nueva Medicina sino que también describe los procesos más profundos de autoconocimiento.
Cuando empezamos a correr velos y contactamos con lo más ¨oscuro¨ para empezar a poner luz, de repente nos sentimos peor que antes.
Lo que no logramos entender es que eso siempre estuvo ahí, sólo que nos habíamos anestesiado para no verlo.
Los caminos de consciencia requieren valentía porque nos adentramos voluntariamente en todas aquellas partes que en algún momento juzgamos y tapamos.
Con la Nueva Medicina Germánica sucede algo similar.
En la gran mayoría de los casos, cuando empezamos a sentir los síntomas es señal de que el proceso de curación se activó.
El cuerpo nos está avisando que comienza su reparación.
Y muchas veces confundimos estos procesos – que involucran inflamación, dolor, temperatura y mucha incomodidad – sin lograr comprender que lo que tememos o rechazamos, es justamente la señal que nos indica que vamos bien.