La aceptación no es resignación. Es la puerta de entrada a la transformación.
La resistencia es causa de sufrimiento.
°
Hoy dejo de resistir.
Hoy dejo de resistirme.
Dejo de resistir mi proceso.
El ¨proceso¨. No sé cómo se hace, voy haciendo camino al andar y me celebro por eso.
Voy soltando equipaje – nada ¨malo¨, sólo aquello que no es funcional a quién quiero ser.
No sé cómo se hace, pero avanzo.
Avanzo y, por momentos, retrocedo para recalcular.
No me equivoco, aprendo.
Aprendo qué me sirve y que no.
Aprendo y llego a reconocer también lo sutil: cuándo me muevo desde la paz o y cuándo lo hago desde el conflicto/ miedo.
Reconozco cuando ¨sano¨ o cuando sólo es otro parche más.
Y, a fuerza de golpes (al ego), aprendo a respetar el camino de los demás.
Todo sucede tantas veces como sea necesario – hasta que decida finalmente soltar los conflictos para que aflore la paz.
Hoy dejo de resistir la incomodidad de haber levantado la alfombra y de ver…y seguir viendo.
De descubrir heridas, patrones, creencias, emociones – de antaño pero actuales.
Todo aquello que, de alguna forma, me fue contando quién era. Ideas que forjaron mi identidad.
Y descubrir también que al traerlo a la consciencia puedo transformarlo…y transformarme.