La realidad es no es ni buena ni mala, es neutra.
Me gusta inaugurar este espacio con esta frase – sobre todo en tiempos de cuarentena – ya que nos recuerda que nuestro sufrimiento simplemente responde a la manera en que elegimos interpretar cada situación.
Puede existir el enojo, la impotencia, la tristeza, desgano.
Todo es válido y hay que validarlo.
Lo útil es no quedarse ahí.
Sostener eso que estoy sintiendo, ¨abrazarlo¨ dirían algunos, porque es la materia prima a compostar. Me permite conocerme, mejor dicho conocer mi máscara y, a la vez reconocer, aquello que no soy.
Esa emoción, ese sentir, es el eco de mis pensamientos, de mi diálogo interno. Entonces se convierte en la señal que avisa que me ¨distraje¨. Y vuelvo entonces a llevar mi atención a mis pensamientos, a tener esa disciplina de mental de observarme.
La alquimia sólo sucede puertas adentro.