Cuánto estoy dispuesto a incomodarme?
Los verdaderos movimientos no llegan sin esa cuota de incomodidad.
Podemos buscarla conscientemente, entregarnos, sabiendo que es el paso previo para la manifestación de aquello que queremos, o recibirla con resistencias cada vez que llega.
Para explorarnos completamente tenemos que animarnos a salir de lo familiar.
Lo familiar es aquella estructura que me recuerda cada día qué es posible y qué no es posible para mi.
Lo familiar nos contiene pero, a la vez, marca nuestro límite, y no nos permite crecer más allá de lo conocido.
Este anhelo de transformación – si es genuino y real, nos va a llevar inevitablemente a desafiarnos.
A cuestionar qué es aquello que aprendimos de nosotros, qué es aquello que constantemente nos contamos acerca del mundo y de las personas.
Nos va a incomodar…o nos debería incomodar mucho, porque nos va a recordar cada día que no podemos habitar esa nueva realidad desde la identidad que sostenemos hoy.