Aprender a pescar. Esta es la materia que nos toca.
Ser protagonistas. Responsabilizarnos.
La ¨pedagogía de la vida¨ ya no escatima en esfuerzos.
Nos obliga a reinventarnos.
Las ¨noches oscuras del alma¨ se vuelven necesarias para saturarnos de lo viejo.
Allí contactamos con la muerte, que luego dará lugar a la concepción y, posteriormente, a la creación.
Podrían ser el momento de renacer al Espíritu. Podrían.
Creímos en una seguridad que era sólo ilusión.
Van desapareciendo certezas,
van cayeron estructuras.
Caerán paradigmas.
Los cambios se vuelven abrumadores.
El ojo del huracán es el único refugio.
Ese centro, tranquilo, donde el viento no golpea, somos nosotros.
En esencia.
Ya no hay pescado. Es tiempo de aprender a pescar.
Mirarnos. Cuestionar. Trascender.
Y, cuando sea el momento, volver confiados a la nueva realidad, sabiendo que contamos con habilidades para pescar…y enseñar a pescar.
Suscríbete al Newsletter
Sesiones individuales
Los encuentros son espacios individuales de intercambio y autoconocimiento. El puntapié inicial es el síntoma – de ahí partimos – pero la intención es ir más allá, trabajando desde la causa.