La observación y la autobservación van siempre de la mano.
Percibimos el mundo a través de nuestros filtros – observamos e interpretamos según lo que creemos.
La creencia viene antes y lo condiciona todo.
Vemos carencia? abundancia?
Sufrimiento? paz?
Miedo? amor?
Ninguno de nuestros pensamientos es neutro, por lo tanto aquello que miro, aquello que juzgo, siempre remite a mis propias creencias.
Aquella observación, aparentemente inocente, de mi realidad me permite la autobservación.
No hago real aquello que está afuera. El foco vuelve a mí.
Mis proyecciones – aquel mundo objetivo que creo ver – en realidad hablan de mis creencias.
Suscríbete al Newsletter
Sesiones individuales
Los encuentros son espacios individuales de intercambio y autoconocimiento. El puntapié inicial es el síntoma – de ahí partimos – pero la intención es ir más allá, trabajando desde la causa.