“Prefiero ser un hombre completo que un hombre bueno”. Alguien completo es alguien íntegro.
Conoce su luz y su sombra, no renuncia a ninguna de ellas.
La sombra no es buena ni mala, son simplemente aquellos rasgos nuestros que,
en algún momento, decidimos no mostrar por pensar que nos iba mejor con otros.
Es un mecanismo de supervivencia, de adaptación. ¨Recuperar la sombra¨ es vernos.
Reconocer cuál es nuestro personaje, es decir, cómo nos mostramos al mundo y qué rasgos o comportamientos reprimimos para ser aceptados, queridos, reconocidos, etc.
Y el trabajo es traer esos rasgos a la consciencia y entender que no tenemos que eliminarlos – en última instancia, tampoco podemos. Son parte nuestra.
Podemos contar con ellos y utilizarlos cuando sea necesario.
Lo real sólo puede comenzar cuando nos mostramos enteros.
La libertad es sacarnos la máscara sin el temor al qué dirán.
Requiere valentía. …y es también sacarnos el barbijo de la docilidad y poder expresarnos en contra de lo establecido.