Todo es un símbolo porque todo es una proyección de nuestra mente inconsciente – de todo ese bagaje de información que nos estructura y que se mantiene como un misterio.
¨Eso¨ que estoy viendo, en verdad no está ahí, es mi propia interpretación.
Cada uno de estos símbolos – personas, situaciones, experiencias – me muestra cuán real estoy haciendo esta ilusión.
La película va pasando.
Nuestro trabajo es estar presentes para reconocer qué estoy percibiendo en cada uno de ellos.
Qué me hace reaccionar.
Ahí está el tesoro.
Esa es la materia prima que nos va a permitir despertar.
Reconocer que el símbolo sólo fue puente para llegar a mí.