Ni karma ni castigo.
Sólo programación.
La Vida nos pone enfrente aquello que tenemos que aprender.
No.
La Vida nada. La Vida es.
Somos nosotros mismos. Nosotros creamos y recreamos situaciones que simplemente reflejan nuestra estructura mental.
Todo es una proyección de ese campo invisible que es nuestra mente.
Aquello que vemos ¨afuera¨, no son más que nuestros propios pensamientos cobrando forma.
Ningún pensamiento es gratuito, ninguno se pierde.
Todo pensamiento se manifiesta siempre en algún nivel: en nuestras emociones, en nuestra realidad externa – con aquello que nos sucede, o en nuestro cuerpo físico, a través de síntomas.
Toda causa (nivel mental) tiene su consecuencia.
Y podemos engañarnos un ratito más hablando de karma o castigo, como si hubiese algo externo a nuestra propia voluntad (voluntad inconsciente). Pero solo es eso: un engaño.
La transformación empieza cuando comprendemos que para cambiar cualquier escenario, tenemos que actuar únicamente sobre nuestro mundo interno.
Intentar modificar la realidad visible es trabajar sobre los efectos…y ahí ya estamos tarde.