Básicamente, incomodarte lo suficiente hasta que rompas tu inercia – tu inercia de pensamientos conflictivos, tu inercia de cómo ves el mundo.
Porque esa es la raíz de todos nuestros problemas.
°
Siempre tenemos la fantasía de que el mundo es algo externo a nosotros.
De que tenemos que cambiarlo, salvarlo.
Igual con nuestras relaciones.
Y eso tiene tan poco sentido como ir al cine y querer cambiar la película desde la misma pantalla, sin modificar el proyector.
“Eso” que nos gusta mucho, poco o nada, son nuestros pensamientos.
Eso que vemos ahí afuera, somos nosotros.
De ahí la famosa frase que nunca vemos las cosas como son, sino como somos nosotros. Filtramos el mundo a través de nuestra percepción.
°
El Curso es un entrenamiento mental.
Bastante radical y crudo que, paradójicamente, termina siendo una caricia al alma.
Se enfoca en las Causas – en nuestra estructura de creencias y pensamientos que son los que, finalmente, moldean y condicionan cómo interpretamos el mundo.