Pasamos por alto muchas cosas.
Pasamos por alto porque 𝐧𝐨 𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐞𝐧𝐞 recordar.
Olvidamos todas las alegrías, enseñanzas, oportunidades…todo ese amor en sus infinitas formas.
Olvidamos esa otra cara porque hoy no nos conviene en nuestra meta de seguir sosteniendo la identidad que nos forjamos a lo largo de los años.
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Cuando decimos que estamos haciendo un proceso de “sanación con nuestros padres”, en realidad estamos en el proceso de integración de nuestra sombra.
Si todo lo que vemos es consecuencia o resultado de nuestra mente proyectada, y todo lo que vemos es una 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐥𝐢𝐭𝐞𝐫𝐚𝐥 de nosotros “puesta afuera”, entonces nuestros padres serían solamente los primeros representantes de nuestra mente inconsciente.
…y esa es la razón por la que olvidamos.
Es simplemente un mecanismo de protección.
Nos interesa más enfocar y juzgar afuera – aquello que en realidad es propio – porque tenemos la falsa ilusión de que si lo vemos afuera entonces ya no forma parte de nosotros.
Y por un momento nos liberamos de esa culpa y de ese dolor tan profundo.
Pero sólo por un momento.
