Así es la sanación.
Cambiamos un pensamiento por otro.
Cambia la perspectiva.
Cambia la emoción.
Cambia la realidad.
Ese instante donde la información se abre,
donde aquello que permanecia oculto emerge con fuerza – con la misma fuerza con la que sostenía al síntoma.
Es un llanto de descarga y también de agradecimiento.
Te estás permitiendo soltar esa carga.
Todo se acomoda y ese fantasma, que parecía nunca desaparecer, de repente ya no está.
Sucede en un instante. Así es la sanación.
No hay misterios, no hay dificultad.
Todo es información que, una vez reinterpretada, nos habilita a una nueva realidad.