Y qué pasa si soltás esa creencia, ese mandato de tener que poder con todo?
De estar siempre impecable, de tener que ser impecable.
Eso sólo te aleja de tu humanidad, de tu vulnerabilidad, te desconecta de justamente aquello que viniste a experimentar.
Estás experimentando algo que no sos.
No sos un cuerpo, no sos esos pensamientos ni esas emociones.
Ni siquiera esas creencias tan profundas que hoy gestionan tus decisiones.
Sos la Consciencia que lo permite todo.
Sos la Consciencia que se abre a este juego.
El despertar es recordarlo. Y una vez que recordamos, nos entregamos al juego sin más.
Porque nunca podemos perder.
Porque para perder se necesitan por lo menos dos, y el juego de los cuerpos y de la separación solamente es eso: un juego.