Resignificar.

Ser revolucionario…
Puede ser un acto silencioso.
(Debería serlo?) Es observar.
Cuestionarnos a nosotros mismo cuando percibimos que todo el sistema – sociedad, política, religión, etc – se manifiesta incoherente.

Es reconocer la propia incoherencia e ignorancia que vemos proyectada en la pantalla de la vida.

Es respetar las reglas de un juego que simplemente no queremos jugar.
Es abrazar esa sensación de soledad que aparece por momentos y, aún así, seguir adelante.
Es transformar la frustración e impotencia en aceptación.
Es proponerse volcar la energía de resistencia hacia el servicio.
Es recordar, una y otra vez, que todo lo que ocurre es perfecto y necesario – sin por ello caer en la pasividad, y que la verdadera revolución es nuestra transformación.

Resignifiquemos. Símbolos y realidad.

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.