Nunca tan acertado.
Las veía caerse. Tiré algún manotazo para sostenerlas, pero sólo por respeto…por el tiempo compartido.
Adiós estructuras. Gracias por todo.
Ahí estaba…todo lo construido por tanto tiempo, al piso. Ni siquiera eso. Directo al sótano.
Yo observaba. Todavía no entendía mucho.
Y veía también cómo asomaba mi recurso salvador: el humor.
¨La Vida¨ me estaba pidiendo reinventarme.
Dejar atrás lo conocido.
Pero con un volumen…interesante.
Vérrrtigo.
Pero si ¨esta¨ soy yo…
Y ahora qué?
Ahora toca la decisión más importante…decidir.
Ponerse anteojeras, seguir como siempre y acá no pasó nada,
o dar ese salto hacia el vacío?
Y entendí que ese “vacío” no es más que soltar aquellas creencias, que tanto protegemos porque hablan de quienes somos, pero que finalmente nos mantienen en el conflicto. Realmente no hay más que eso.
Como dice UCDM…nada tiene la capacidad de hacernos daño salvo nuestros propios pensamientos.
Fin de la historia.