Nadie podría hacerlo. Esa capacidad sólo corre por nuestra cuenta.
La única incomodidad que experimentamos es la brecha entre lo que queremos y lo que sucede. Entre lo que creemos que tiene que ser y lo que la Vida nos trae.
La brecha entre ideas, nada más.
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La resistencia a lo que Es despierta sentimientos negativos.
Sentimientos que, a pesar de hacernos daño, sostenemos con fuerza porque creemos que así vamos a terminar obteniendo lo que queremos…
Y queremos que el otro cambie, queremos que se adapte a nuestras expectativas.
No queremos que nadie nos incomode en nuestras creencias.
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Secretamente pensamos que el mundo debería adaptarse a nosotros, y olvidamos que las creencias son algo en lo que se necesita ¨creer¨, no son certeza. No son la Verdad.
