¨Hacerlo rápido y bien.¨

Una exigencia que dice: ¨Hacerlo rápido y bien.¨

Una exigencia que se marcó a fuego como Programación.
Nunca mejor dicho…con todo ese dolor de ¨marcar a fuego¨.

°
Todos tenemos frases que operan desde la sombra, que nos condicionan desde lo profundo.

A veces no las reconocemos porque se comportan de una manera políticamente correcta a ojos de la sociedad, aunque por dentro ahoguen. Digo…¨ser eficiente todo el tiempo¨, no es un escándalo. Muy por el contrario.

Muchas veces estas “formas” se originan en nuestros primeros años de vida donde, a partir de diferentes situaciones, vamos ¨entendiendo¨ qué es bueno para nosotros.

¿Bueno en qué sentido?
En el sentido estricto de supervivencia: para que no se nos retire el amor. Claro, ésto a los ojos de un niño, de una niña.

Vamos comprendiendo, a partir de la consciencia que podemos en ese momento, cómo nos tenemos que ubicar en el mundo para ser amados, para seguir perteneciendo.

Y ese movimiento generalmente nos implica separarnos de nuestra autenticidad, de ese caminar liviano.
Se empiezan a armar estas estructuras de personalidad, que no solo nos separan de nosotros, sino también del otro, porque están sostenidas en este dolor muy profundo de ¨así tengo que mostrarme para ser aceptado¨.
No hay lugar para la vulnerabilidad ni la conexión profunda.

Asi que levantar estos ladrillos (estas adaptaciones) de nuestra casa interna es una labor que requiere, por sobre todo, amorosidad y mucha paciencia.

Revisar cada rincón para reconocer qué necesita ser atendido y arremangarnos para hacer la tarea a la que todos estamos llamados a hacer: volver a Uno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.