Una mirada amorosa… No más. No menos.

La sanación no es más (ni menos!) que traer una nueva perspectiva a nuestra realidad, a aquello que hoy nos genera algún tipo de desequilibrio, que puede ser físico o emocional, pero que finalmente siempre es mental, porque allí comienza.

Todo comienza siempre con un pensamiento, con un punto de vista.

Es justamente porque es ¨nuestra¨ realidad, la propia, la construida, que nos mantenemos en el conflicto.

La Vida, la Realidad simplemente Es, y cuando intentamos luchar contra ella es que perdemos fuerza.

A veces lo único que se necesita es una mirada amorosa ante el otro y ante lo que nos sucede.
Tan simple como eso. Sí.

Porque en ese movimiento está sucediendo Algo Mayor…
estamos volviendo a nuestra Esencia.

Y así logramos compreder que lo único que dolía era ¨esa¨ separación, la que sucedía en nuestro mundo interno.

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.