Un abrazo que abraza.

Un abrazo que abraza…no es sólo un abrazo. No.

Es un volver a casa a través del otro.
Hay sentido.

No hay urgencia.
Tampoco resistencias.

Desaparece el miedo al contacto – ese que nace de nuestras memorias dolorosas por habernos sentido separados en algún momento.

Desaparece el miedo al contacto.
Al verdadero. Ése que no conoce el tiempo.

Un abrazo que abraza, te envuelve y sucede algo mágico…simplemente te sentis bien.

Y ya deja de ser sólo un saludo.
Se convierte en un acto de intimidad que nos conecta con el otro e inevitablemente con nosotros.
Toca el corazón…y ahí ya no hay vuelta atrás.

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.