No importa si hablamos de síntomas físicos, síntomas emocionales o patrones que se repiten en nuestra vida.
Desde cierto nivel, es lo mismo una migraña, que una sensación de profunda tristeza o un patrón de relaciones basadas en el abandono, por ejemplo.
¿Por qué decimos esto?
Porque finalmente todo síntoma es ¨información¨ y tiene sus raíces en nuestra mente inconsciente.
Son pensamientos y creencias (plano invisible) que se materializan en distintos niveles: en el de las emociones, en la realidad que experimentamos o en el cuerpo físico.
Dicho de otra manera, todo síntoma es un pensamiento ¨hecho carne¨.
Ante la aparición de estos signos visibles, lo que primero tenemos que comprender es que son una manifestación de procesos más profundos.
El síntoma no es la causa, es consecuencia y, por ende, no sólo no aparecen por casualidad, sino que guardan un sentido.
Siempre hay una historia detrás de cada uno de ellos y eso es lo que buscamos desde la Decodificación Bioemocional.