Ofrecer una nueva mirada es el compartir más profundo.
Es algo sagrado.
Finalmente, esa es la única sanación posible…porque lo que sucedió, ya sucedió.
Y nuestra capacidad de reinventarnos sólo puede encontrarse en el resignificar, una y otra vez, aquellas percepciones limitadas.
Y por qué son limitadas?
Porque excluyen otros puntos de vista, otras verdades.
Dejan a un lado el reconocimiento de que todo finalmente comienza y termina en el Amor. Todo siempre tiene que ver con Él.
Lo único que sucede es que lo experimentamos de forma desordenada.
Aunque nos cueste verlo, aunque todavía no lo comprendamos, también hubo amor en esa madre no disponible, en ese padre ausente…
Cada uno tuvo sus propias historias.
Y cuando nos permitimos mirar más allá de lo aparente, integrando esos contextos tan lejanos, de repente comprendemos.
Y esa comprensión es la que trae sanación.
Asentir a lo que fue.
Decirle Sí a lo que pudieron y a lo que no, entendiendo que todos esos ¨no¨, dieron luz a nuestro crecimiento.
Gracias a eso aprendimos, gracias a eso nos volvimos aptos.
Gracias a ellos, nuestros padres, recibimos el mayor regalo que es la Vida, y eso es de una Grandeza inmensa.
Sólo nos queda, entonces, tomarla y avanzar.
