Nuestro Ser SALVAJE nos espera. Nos está esperando. Ahora. Ya.
Atento a que demos el salto. O sólo un paso. Y luego el siguiente.
No hay apuro pero ese fuego, porque es fuego, quema.
Lo salvaje es nuestra Verdad. Esa que no se apaga.
No importa si aprendimos a sacarle el aire.
No se consume porque no es del orden de lo físico.
Vamos de una polaridad a otra.
De la programación aprendida a alguna compensación que nos dé un respiro. Y en el medio, nosotras. En el punto medio, lo Real.
Nuestro Ser auténtico haciendo el llamado a que regresemos.
Ese fuego arde.
Con el tiempo crece y empieza a quemarnos, pero sólo para recordarnos que no lo olvidemos.
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Volver a Casa, de eso se trata, y el camino es despejar el camino.
Sesiones 1:1
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