𝘚𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘦𝘴𝘵á𝘴 𝘳𝘦𝘢𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢 𝘵𝘶𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘪𝘰𝘴 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴. 𝘛𝘶𝘴 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘵𝘶 𝘦𝘭𝘦𝘤𝘤𝘪ó𝘯, 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰, 𝘵𝘰𝘥𝘢 𝘦𝘹𝘱𝘦𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘢𝘥𝘢. 𝘈𝘭 𝘢𝘤𝘦𝘱𝘵𝘢𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘰, 𝘵𝘦 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘩𝘢𝘴 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘦𝘨𝘪𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘪𝘥𝘦𝘯𝘵𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘳𝘵𝘦, 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘪𝘭𝘶𝘴𝘪ó𝘯 𝘢𝘤𝘦𝘳𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥.
Todo es una excusa para ¨encontrarnos¨.
Todo 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 ser una excusa para ¨encontrarnos¨.
Cualquier símbolo de esta realidad, sea la pareja, la familia, la salud, etc, no hace más que reflejarnos.
Es decir, aquello que veo, habla de mí.
No somos un cuerpo, somos información.
Y el 95% de esa información es inconsciente…y nos condiciona. Entender que nuestra parte consciente y nuestra parte inconsciente ¨están viendo dos películas distintas¨ es esencial para empezar a comprender por qué estamos creando la realidad que tenemos.
El inconsciente no conoce la separación: 𝘓𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘑𝘶𝘢𝘯 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘥𝘦 𝘗𝘦𝘥𝘳𝘰 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘮á𝘴 𝘥𝘦 𝘑𝘶𝘢𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦 𝘗𝘦𝘥𝘳𝘰.
Hay un mecanismo que utilizamos todo el tiempo, que alimenta esa separación ilusoria: la proyección.
Proyectamos todo ese contenido inconsciente hacia ¨afuera¨, hacia el otro, obteniendo dos resultados: creer que existe un otro separado de mí y negar que esa información proyectada sea propia.
Todo es pensamiento, todo es mente y está división entre nosotros y un otro, no es real.
Creer que existe otro separado de mí es pensar que estamos viendo las cosas como son y no como somos.
Es obviar que todo pasa por el filtro de nuestra interpretación, y que esa interpretación está completamente condicionada por nuestra historia.
