Se corre el velo y lo que antes sólo era una teoría, ahora es un profundo sentir.
Y llegan las lágrimas, pero esas que son 𝘥𝘶𝘭𝘤𝘦𝘴 – como dicen algunos, y que sólo expresan agradecimiento por lo que Es.
Comprendemos que la Medicina somos nosotros.
La Medicina sucede cuando dejamos que la Consciencia se manifieste, cuando nuestro personaje deja de ser el protagonista.
Ya no hay separación.
Todo es una expresión de lo mismo.
Y en esa Unidad lo que antes representaba un conflicto pierde sentido.
Aparece otra mirada – una real, que no juzga y que reconoce su propia potencia para crear realidad propia.
Pero 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘤𝘭𝘶𝘺𝘦 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯…
Paseamos un poco por el paraíso pero toca 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳.
Es parte de ¨la letra chica¨.
𝘝𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 para habitar el mundo de las formas, para jugar a que vos sos vos y yo soy yo,
a que hoy te quiero y mañana no.
Para jugar a los propósitos, a las metas, a la importancia personal.
𝘝𝘰𝘭𝘷𝘦𝘮𝘰𝘴 para habitar todo aquello que no somos y en el camino recordar lo que sí somos.