Esa locurita tan humana.

Aprendí que ninguna polaridad puede ser habitada por mucho tiempo sin generar algún desequilibrio. No importa de qué trate, tarde o temprano, la Vida nos va a llevar a una compensación.

A la armonía.

Y así sucede con todo, si nos dejamos guiar,
se nos va a ir mostrando por dónde.
Pero una parte nuestra cree saber más que todo,
y es la que toma el mando y avanza.
Y decide lo que Sí y lo que No.
Separa, divide, resiste, rechaza.

No logra entender la Verdad última de que todo es energía,
y la energía es Una.
Sigue pretendiendo quedarse con algunas partes y desechar otras.
Esa locurita tan humana…

La de no entender que ¨todo está al servicio de…¨

Y para eso se necesita una mirada más amplia.
Se necesitan pausas y ganas de una comprensión mayor.

Todo está al servicio de La Vida. Eso aprendí.

Porque todo forma parte de ella, de esta película en continuo movimiento. Donde toda causa tiene su efecto, donde todo extremo se termina compensando inevitablemente con su contraparte,
donde nada puede ser excluido,
porque todo tiene su sentido, su rol, su función.

Y eso es lo que nos cuesta ver cuando nos dominan las creencias o ideologías.
Creemos que sabemos.
Olvidamos que lo único que hacemos acá es ¨creer¨.
Creemos en algo porque no tenemos las certezas, no sabemos.

Asumir que todo nuestro mundo sólo es percepción,
y que por definición ella es limitada y distorsionada,
es el primer gran paso.
Hacia dónde?…ya veremos!

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.