Aprendí que ninguna polaridad puede ser habitada por mucho tiempo sin generar algún desequilibrio. No importa de qué trate, tarde o temprano, la Vida nos va a llevar a una compensación.
A la armonía.
Y así sucede con todo, si nos dejamos guiar,
se nos va a ir mostrando por dónde.
Pero una parte nuestra cree saber más que todo,
y es la que toma el mando y avanza.
Y decide lo que Sí y lo que No.
Separa, divide, resiste, rechaza.
No logra entender la Verdad última de que todo es energía,
y la energía es Una.
Sigue pretendiendo quedarse con algunas partes y desechar otras.
Esa locurita tan humana…
La de no entender que ¨todo está al servicio de…¨
Y para eso se necesita una mirada más amplia.
Se necesitan pausas y ganas de una comprensión mayor.
Todo está al servicio de La Vida. Eso aprendí.
Porque todo forma parte de ella, de esta película en continuo movimiento. Donde toda causa tiene su efecto, donde todo extremo se termina compensando inevitablemente con su contraparte,
donde nada puede ser excluido,
porque todo tiene su sentido, su rol, su función.
Y eso es lo que nos cuesta ver cuando nos dominan las creencias o ideologías.
Creemos que sabemos.
Olvidamos que lo único que hacemos acá es ¨creer¨.
Creemos en algo porque no tenemos las certezas, no sabemos.
Asumir que todo nuestro mundo sólo es percepción,
y que por definición ella es limitada y distorsionada,
es el primer gran paso.
Hacia dónde?…ya veremos!