Sí! Claro que ya lo escuchamos. Sé que lo sabemos.
Pero tal vez necesitemos recordarlo mil veces más, porque siempre lo hacemos desde un nuevo estado de consciencia – eso significa que, a veces, hay posibilidades de ¨tomar¨ y otras no.

La GRATITUD nos regala espacio. Trae aire.
Es una forma de entrega donde reconocemos que siempre hay algo más, aunque no podamos verlo en ese momento.

Es un acto de Fe porque nos movemos hacia ese lugar, todavía sin certezas.
Hay rendición. Humildad.

Al ir hacia ahí estamos reafirmando, también, el estado de completa, completísima, perfección de la Vida – aunque como humanos se sienta incómodo. Es un paquete que lo incluye todo – eso estaba en el contrato!

Nos vamos abriendo a esta práctica de la incertidumbre.
Al ejercicio también de poner el foco en el proceso.
Porque el proceso trae progreso.

Y quién sabe, quizá, más adelante, llegue ese instante “Aho”, donde descubramos en quién nos hemos convertido.
Donde ese acto de fe que hicimos hacia la Vida se transforme ahora en confianza en nosotros.

Todos ganamos.
Sólo necesitamos tiempo o perspectiva para verlo.

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Volver a Casa, de eso se trata, y el camino es despejar el camino.
Sesiones 1:1
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