Siempre estamos satisfaciendo alguna necesidad – consciente o inconsciente. O en la búsqueda de.
Esa es la motivación detrás de cada una de nuestras conductas. Hay una intención, una ¨agenda¨ – a veces oculta.
Y nuestras creencias determinan el ¨cómo¨.
Nos marcan el mejor camino para lograrlo.
Nos dicen de qué manera vamos a poder sentirnos protegidos, seguros, obtener reconocimiento, validación, amor…
Las conductas se convierten así en la manifestación concreta, visible, de esas ideas subjetivas.
Todo nuestro mundo interno, toda esa información inconsciente, es la fuerza que nos moviliza, que nos determina, que nos atraviesa.
Cuando lo entendemos así, ya dejamos de percibir el problema en “la conducta”, y nos enfocamos solamente en buscar maneras más armónicas de proveernos esa satisfacción.
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Sesiones individuales
Los encuentros son espacios individuales de intercambio y autoconocimiento. El puntapié inicial es el síntoma – de ahí partimos – pero la intención es ir más allá, trabajando desde la causa.