𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨 a la gran verdad
que nadie nunca
nos daña emocionalmente.
Siempre somos nosotros.
Siempre son nuestros pensamientos.
𝐒𝐮𝐟𝐫𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐚𝐜𝐞𝐩𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬.
Y con esta frase tan contundente podría terminar.
No aceptamos que la realidad sea como ES,
no aceptamos que una persona
se comporte de tal manera,
no aceptamos que nos sucedan
determinadas cosas,
no aceptamos hechos del mundo…
la lista es larga y completamente subjetiva –
tu lista no es la mía –
responde a nuestro particular modelo mental.
Y qué logramos al no aceptar?
Posiblemente ningún cambio en esa realidad,
pero muchísimo a nivel interno.
Logramos dar luz al enojo,
a la frustración, a la impotencia,
a la tristeza…
Damos fuerza a ese ego
que nos dice que las cosas
deberían ser de una manera y no de otra.
Ni bueno ni malo.
No caigamos en la trampa de juzgarnos.
Simplemente observar.
Si permitimos que,
en medio del sufrimiento,
este entendimiento nos atraviese,
posiblemente aprendamos…
Que aceptar no es estar de acuerdo,
ni tampoco resignarse, el mundo ES
más allá de nuestro pesar.
Y la próxima, tal vez, esa misma piedra
ya no sea tropezón.
Suscríbete al Newsletter
Sesiones individuales
Los encuentros son espacios individuales de intercambio y autoconocimiento. El puntapié inicial es el síntoma – de ahí partimos – pero la intención es ir más allá, trabajando desde la causa.