Sentir la culpa de volver a nuestra inocencia.
Sentir la culpa de purificarnos.
Sí, eso mismo.
¿Raro hasta ahora?
CRECER, avanzar en la Vida implica, muchas veces, tener que darle la bienvenida a la CULPA.
Y no somos fan de eso.
Queremos sólo lo lindo y, si es inmediato, mejor.
Doble ración y la cuenta por favor.
La voy a nombrar, como dice Joan Garriga, como la ¨buena culpa¨, para que ese adjetivo rompa el hielo de la distancia y nos lancemos a darle un abrazo.
Y si ahora suena a mucho, por lo menos, poder estrecharle la mano. (De a poco, lo sé.)
¿Y por qué ¨buena¨? porque nos permite volver a ser lo que SOMOS, a reconectar con ese código salvaje que anhela autenticidad y libertad.
Porque nos permite recuperar aquellas partes dormidas que perdimos en el camino por el deseo de pertenecer.
Desde las Constelaciones Familiares se habla de ¨mala conciencia¨ y ahí surge la ¨buena culpa¨, que es aquella que emerge cuando nos elegimos a nosotros por sobre los mandatos.
Y la paradoja es que siendo ¨mala¨ es la que nos permite volver a Casa.
Asi que, de mi parte, sólo queda darte la bienvenida.
Yo hoy me animo a abrazarte.
Me animo a darte lugar reconociendo que tengo HAMBRE de MÁS.
Más experiencias, más libertad, más abundancia, más autenticidad, más crecimiento, más alegría, más AMOR…más VIDA. MÁS TODO.
Te doy la mano también – si es necesario, y dejo que nos vean caminar juntas por la calle…quien sabe si alguien más se entusiasme y se dé también ese permiso.
°
Encuentros 1:1
Decodificación Bioemocional | SAAMA | Barras de Access