¿Eclipse? Sí, claro. “También”.

Porque el eclipse me mueve a MÍ.
A este cuerpo lleno de información, que se va descubriendo de a ratos.
A mis partes. Remueve mis aguas.
A ponerlo sobre la mesa…
Mueve nuestras aguas internas pero lo que emerge de las profundidades es propio.

Y en este túnel de incomodidad, de ciclicidad y ansiedad – sí, todo junto – contacté con un gran punto de dolor.
No quiero caer en lugares comunes, pero gracias eclipse porque lo llevaste al extremo y colapsó.
Se abrió un caudal de energía que estaba bloqueado, pidiendo pista hace, quién sabe, cuánto!

Ese punto de dolor tan profundo me hizo cruzar algún umbral.
Se reveló una capa más de comprensión y volví a entender que, por más que nos guste todo el año carnaval, en estos momentos es donde llegamos a esas zonas de verdad.

Cruda verdad. A esa tierra fértil que pide ser trabajada.
A ese compost de nuestra propia historia que sólo espera nuestras manos.
Y esa es la aclaración que vale la aclaración: luego de la introspección, necesitamos el movimiento. Llevarnos a la acción.

Hoy mi viaje sucedió con SAAMA.
Sucedió en esa conexión con mis Guías, Yo superior y con esta herramienta que no tiene límites. El límite somos nosotros.

Me regaló también muchos mensajes.
El más simple pero profundo: RALENTIZAR.

Porque allí va mi prisa, mi urgencia.
Y allí estoy yo agarrándola de la mano.
O ella a mí. Todavía no está claro.

No importa. Hoy se me invitó a RALENTIZAR.
Para poder acompañarme desde la Presencia en esta transición hacia…puntos suspensivos. Nunca mejor puestos.
Porque no lo sé y hoy ‘puedo’ con esa incertidumbre.
Hoy que, luego de superada esa fricción, asoma de nuevo el carnaval.
Lento, pero ahí viene.

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.