Paradojas del mundo mundial.

La paradoja del “mundo mundial” es que cada vez que juzgamos al otro, el chupito de veneno nos lo estamos tomando nosotros.
El alivio, si es que lo hay, sólo es momentáneo.

Cuando llega la calma, reconocemos que finalmente no hay calma. Todo ello no fue más que una muestra, que no fue gratuita por cierto, de nuestro poco amor propio.

Porque…cómo podríamos amarnos y a la vez sostener esos pensamientos?
Imposible.

¨Todo lo que doy, es a mí mismo a quién se lo doy¨.

Damos y recibimos al mismo tiempo.
Y si necesitas confirmación, simple, fijate qué sensaciones aparecen en el cuerpo cuando estás en la gratitud y qué sucede cuando sostenés la crítica, la queja, el resentimiento…

°
La siguiente paradoja, mundialísima también, es que, aunque a cierto nivel ese juicio nos separa del otro y crea distancia emocional, en el aspecto más profundo comprendemos que sólo es un pedido de amor.

Porque, no importa qué parezca estar sucediendo en la superficie, no tenemos muchas opciones en esta Vida: o estamos dando amor o lo estamos pidiendo – a veces a gritos, a veces en silencio.

Esta hermosa noticia confirma, entonces, que sólo existe el Amor.

Y la obvia deducción nos dice que sí, claro…
nosotros también seríamos Amor.

Somos Amor.

Toca hacerse cargo ahora.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.