La Vida se va a encargar, no te preocupes.

Solemos levantar banderas, defender ciertas causas y rechazar otras. Es casi como el sello de la humanidad…¨tomarás una postura¨.
Y como el lema biológico es ¨pertenecer¨, vamos por la vida llenándonos de etiquetas.

Hablemos de política, fútbol, religión, alimentación, salud…hasta de la misma ¨espiritualidad¨.
Tenemos opiniones para todo y las defendemos.

Así construimos nuestra identidad y le decimos al mundo quiénes somos. Los demás son los ¨otros¨.

Y ahí empieza el baile.

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Cuando La Vida nos encuentre…apa, nos quiero ver en esa.

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Cuando nos polarizamos y mantenemos posiciones rígidas acerca de algo, generamos un desequilibrio – así de simple.

Tan simple, también, como entender que en la naturaleza, en el universo, todo tiende al equilibrio y así es como surgen los movimientos de compensación.

Asi que, si todavía te gusta tu bandera, agarrala fuerte…porque el pronóstico anuncia lluvia torrencial. Y sí, te va a despeinar.

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La Vida nos regala, todo el tiempo, la oportunidad de dar saltos hacia una mayor conciencia, y eso sólo se logra integrando más perspectivas.
Habitándolas con amor y transformando los juicios.

Dejar de levantar banderas habla de nuestro crecimiento.

Estar en una vereda y luego tener la humildad de cruzar a la de enfrente, es un movimiento de reconciliación, y es justo ahí donde encontramos la sanación.

Pero…si esa humildad no surge por motus propio, no te preocupes, la Vida se va a encargar.

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Sobre mí...

Mi nombre es Mercedes Zubiarrain, tengo 40 años, y nací y vivo en Buenos Aires. Aunque parezca ya de otra vida, alguna vez estudié y me recibí de Publicidad. Tuve siempre mi lado B que me llevaba a incursionar en talleres de Reiki, Registros Akáshicos, meditación…

Tuve algunos emprendimientos hasta que por fin entendí de qué iba la cosami cosa. Cambié “producto” por “servicio” y me convertí yo en la materia prima. Me la jugué.

Mi lado B se transformó en todos mis lados, y ya no hubo vuelta atrás. La puerta de entrada fue la Decodificación Bioemocional, que luego me llevó a conocer la Nueva Medicina Germánica, SAAMA…y es un camino que nunca termina.

Hoy me dedico a acompañar personas en Casa Florida 1336, que es el espacio físico que me unió con Mujeres, hermanas de otras vidas, con las que comparto el viaje también en ésta. Voy y vengo por muchos lugares – Chamanismo, Plantas Medicinales, Física Cuántica, Un Curso de Milagros, Constelaciones Familiares…investigo, quiero ¨comprender¨, y así es que voy poniéndole el cuerpo a todo lo que, en cada momento, resuena. Porque ¿qué es la Vida sino experiencias vividas?

Y no soy escritora pero escribir me da placer. Y sigo al placer. Escribir es el ritual y la práctica desde donde me miro, me transformo. Es mi propia medicina.