A veces tenemos que permitirnos tocar fondo, nadar un poquito en eso que no nos gusta nada, porque en esos momentos de contraste es donde decimos ¨basta para mí¨.
Ése es justo el umbral: llegamos al límite de la ¨separación tolerada¨.
Separación de quién? De nosotros.
O separación del Amor.
Para el caso es lo mismo.
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Esas noches oscuras guardan el potencial de iluminarlo todo.
Ahí es cuando surge la comprensión, tan simple, pero tan poderosa de que aquello lo estamos eligiendo. Todo el tiempo elegimos.
Elegimos ideas que nos condenan o que nos liberan, y eso hace toda la diferencia.
Elegimos la paz o el conflicto.
Siempre elegimos, porque todo comienza en la percepción.
No es el mundo, no es el otro. Son nuestras ideas.
Cambiamos nuestra percepción, cambiamos nuestra vida. Voilà.