Después de muchas idas y vueltas, entre charlas compartidas y pensamientos que fueron tomando forma en escritos y más escritos, empiezo a comprender algo que se asoma con claridad: a pasos del 2025, seguimos muchos, muchísimos de nosotros, funcionando desde un estado de supervivencia. Incluso con toda la consciencia que hoy está disponible, esa forma de funcionar parece estar ahí, a veces sutil, a veces disfrazada, pero todavía muy presente.
¿A cuánta contracción seguimos dándole espacio?
¿Cuántas veces nos movemos por memorias del pasado, tanto del sistema familiar como del inconsciente colectivo, que nos conectan con el miedo a ser rechazados, juzgados, excluidos?
¿Qué se requiere para desactivar ese piloto automático que nos mantiene dando vueltas en la sombra? ¿Qué haría falta para recordarnos que nuestra realidad más profunda es el Amor?
Podría parecer que me tomó el romanticismo o que me volé. Pero no es eso. Son preguntas que me hago por haber tocado realmente esos lugares de AMOR. Hay en mi, aunque sea muy pequeño, un registro de Eso más grande que somos.
Nos veo, me veo, y sigo preguntándome…
¿Qué es ese freno de mano que todos tenemos, en uno u otro aspecto de nuestra vida, que no nos deja ¨ir por todo¨?
¿Y quien dijo que ¨ir por todo¨ está mal? Ir por todo no es pisar cabezas. Esas son sólo imágenes instaladas, resultado de creencias limitantes, que sólo sirven para seguir reafirmando que está bien quedarnos donde estamos.
Vivimos en un océano de Consciencia y en otro de juicios, muy arraigados que continuamente tomamos por verdad.
Nos han hecho creer que el ¨quiero más, voy por más…¨ es un deseo que no es compatible con estar en gratitud también. Que eso es ambición desmedida ¨y está mal¨.
Y hoy pienso…¿y si ese deseo de ¨más¨ no fuese otra cosa que el eco de nuestra Esencia Infinita? Esa parte nuestra que nos susurra constantemente que hay más porque somos más. Más de lo que creemos, más de lo que nos contamos, más de lo que nos hemos permitido.
Este año fue una danza entre la Expansión y la Contracción. Ambos caminando juntos. Me permití habitar rincones míos, tal vez nunca explorados con consciencia, y encontré MIEDOS. Miedos que no eran propios. Miedos que venían de quién sabe donde, que cargaba desde la total inconsciencia, creyendo que así me protegía.
Mucha información, sí. Imaginate, asi fue todo mi año.
Pero bienvenida esta profundidad para ganar nuevos lugares de claridad. Bienvenida esa contracción que me llevó con más fuerza y presencia hacia la expansión. Y lo sigue haciendo.
Bienvenido todo. Bienvenido ese Sí a lo que fue y a lo que es, que me permite ver, honrar y resignificar cada lugar de contracción. Y desde esos nuevos significados, regalarme algo más grande, más libre, más mío.
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Para el 2025 mi contribución, entre otras (porque voy por más, claro!) es Espiritualidad sin Parches (click para ver). Un Programa de 21 días para empezar, o seguir, desarmando esas realidades que parecen tan sólidas de limitación.
Así que te invito a esta exploración para la Expansión.
¿A dónde te puede llevar? Sin duda a lugares de mucha más riqueza y profundidad, porque darnos el espacio y tiempo para reconocer desde dónde estamos funcionando es una preciosura. Para mí no hay nada más hermoso que el trabajo interno. El mirar hacia atrás, reconociendo todo lo caminado y en quién nos hemos convertido por la valentía de haber bucear debajo de la alfombra.
Así que este es mi compartir hoy y mi invitación.
Será hasta la próxima!